Santa Ana tierra de leyendas, siempre hay una historia que contar!

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“Leyendas de nuestra tierra”

La Poza que se tragaba a los hombres

Poza Honda tiene escondidos en sus aguas muchos misterios. En su tranquilidad se tejen leyendas impensables, entre ellas, la de su propio nombre. ¿Sabe usted a qué debe ese calificativo de ¿Poza Honda?

Cuenta la leyenda que una bella mujer emergía del fondo de las aguas mientras los balseros hacían su paso por el lago. Era una joven hermosa que peinaba una brillante cabellera con un peine de oro. Esta mujer abordaba a los hombres y les preguntaba ¿El peine o la persona?. Deslumbrados por el valioso peine, caían en la trampa y decían: el peine. Terrible decisión pues cuentan quienes saben de la leyenda que los incautos hombres se hundían en esa “poza honda” de la que emergía aquella  bella mujer.

De esta leyenda que es parte de la memoria histórica, provino aquel calificativo de Poza Honda. Así lo cuenta don Reynaldo Sornoza, uno de los habitantes que guarda en su mente mucha información sobre este lugar, porque además fue parte de la construcción de la presa que se edificó en este misterioso lago.

La represa!

Por los 60 y 70 hubo un periodo de fuerte sequía en el que no llovió por espacio de casi 4 años. Fue tan serio el problema de la falta de lluvias que ya no había ni que comer y del río no quedaba sino, una pequeña laguna. Entonces los habitantes de la campiña manabita idearon una forma de  reservar agua. Y así, tuvo su origen la represa Poza Honda que empezó su construcción en 1969 pero empezó sus operaciones en 1971.

Hoy, 47 años más tarde continúa con sus actividades pero más fortalecida que antes. Sus 80 millones de metros cúbicos abastecen de agua a Santa Ana, Portoviejo  y Rocafuerte. Y en tiempos de emergencia su utilidad ha sido innegable. En el terremoto devastador de abril del 2016, fue la única que pudo abastecer incluso a otros cantones,  como Manta y Jipijapa.

Pero su utilidad va más allá. También se enmarca en lo turístico.

Y es que el velo de misterio que envuelve a este lago lo hacen merecedor de haberse convertido en un sitio turístico para los amantes de la quietud mística que otorga su naturaleza.

Un paseo en canoa puede tardar hasta 2 horas por un costo de 20 dólares. La embarcación lleva a los turistas hasta la desembocadura de los ríos Mineral y Pata de Pájaro. En el trayecto se puede ver un pequeño islote que es el refugio ideal para garzas, patos silvestres y otras aves, mientras en las profundidades de hasta 40 metros se agitan viejitas y grandes langostas de río, es decir, las especies que sobrevivieron a la voracidad de las introducidas tilapias rojas.

Y si tienen suerte tal vez los turistas pueden tener un encuentro con seres alienígenas. Pues otro de los misterios que envuelve este sitio es que algunos canoeros aseguran que han visto extraños “platillos voladores” acercarse al agua y “chupar” chorros de líquido.

Anécdotas con los alemanes

Don Reynaldo Sornoza tiene 84 años y conoció de primera mano la construcción de la Represa Poza Honda porque trabajó en ella. Tiene mucha historia que guarda en su memoria. Son pasajes de su vida, pero también de la vida de la parroquia Honorato Vásquez con la llegada de los alemanes de la empresa Hofelder Reihn Ruhr, que fue la encargada de la obra.

Fue la concreción de una lucha liderada aquí en la parroquia por Máximo García, Honorato Mendoza, José Loor, entre otros habitantes, que apoyaron la idea que tuvieron los gestores de la presa con Lutero Santana a la cabeza.

“La activación de la economía fue notoria. En mi caso yo pasé de ganar 5 sucres diarios como jornalero a ganar 30 sucres al día. Al mes eran 150, que para aquellos tiempos era un platal”, comenta don Reynaldo.

Cuenta que entenderse con los alemanes no era difícil pues disponían de intérpretes para ello. “Hubo tanto entendimiento que hasta hijos dejaron por acá”, dice y suelta una carcajada.

Recuerda con jocosidad que el consumo de alcohol también aumentó. “Los alemanes tomaban mucha cerveza y uno que ya ganaba más dinero podía gastar ya en estos vicios”, refiere.

Pero don Reynaldo manifiesta que aunque bebían, el trabajo era una prioridad para esta empresa alemana. “Yo aprendí con ellos en materia de construcción y le puedo asegurar que esa presa está bien construida. Los materiales eran los mejores y los adecuados para cada necesidad”.

Por eso dice sorprenderse cuando han existido rumores y hasta falsas noticias de que Poza Honda podría colapsar. “La falta de conocimiento del tema hace hablar así, pero yo que fui parte de su construcción y se cómo se hizo puedo asegurar que la presa nunca colapsará causando un desastre a la población. Puede haber fisura y de hecho ya lo hubo, pero por los costados, nunca por el medio, con lo cual no habría posibilidad de un desastre mayor”, recalca lleno de fe y certeza.